Siempre he sabido lo que debía hacer.
Pero un día todo cambió, un remolino hizo dar giros infinitos. Ahora sólo hago lo que tengo aprendido.
Y sigo esperando señales,
que nunca me señalan nada.
Un rincón fuera del mundo desencantado
Cuando apuntas con un dedo, recuerda que los otros tres dedos te señalan a tí.
Eso cría yo...pero la verdad es que creo que no sabía ni lo que estaba haciendo. Ahora si que lo sé...No hago nada
ResponderEliminarBésix
Vanessa, creo que tendrás que desaprender lo aprendido para ver nuevas señales.Hay remolinos sin piedad
ResponderEliminarComo no entiendo las señales... ni las busco. Y al final nada importa. Yo voy dónde me lleva la casualidad, el azar... Y unas veces está bien y otras está mal. Si buscase señales significativas no me iría mejor.
ResponderEliminarBuscar señales nos hace perdernos, porque cuando al fin la señales llegan, no las sabemos reconocer.
ResponderEliminar