Disparos al corazón.
Poco a poco se fue volviendo transparente.
La claridad le atravesaba.
El alma se desvanece.
Ahora ya no le duele.
Las balas no pueden herir a los fantasmas.
Las balas no pueden herir a los fantasmas.
Un rincón fuera del mundo desencantado
Cuando apuntas con un dedo, recuerda que los otros tres dedos te señalan a tí.
pssss yo quiero verme asi un día, sin nada ahi, sin nada que pueda lastimar en un descuido....
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