Te quería así, como si nada,
sin prisa, sin cuerdas ni lazos,
sin pedir permiso
sin buscar explicación.
Tú pensabas con la razón
y yo...
en vez de salir corriendo
me quedé esperándote
con los dedos cruzados.
Un rincón fuera del mundo desencantado
Cuando apuntas con un dedo, recuerda que los otros tres dedos te señalan a tí.